Hola, hoy quiero hablar de un tema que ha estado rondando en mi cabeza por un tiempo.
Hace aproximadamente una semana se celebró en muchos países del mundo el Día de San Valentín. Aunque esta fecha es muy conocida a nivel global, no todos compartimos la misma cultura de celebración. Algunos países han creado festividades similares o han adaptado la tradición a sus propias costumbres.
Un ejemplo de esto es Colombia. En nuestro caso, la fecha se adoptó alrededor de 1960 en febrero, siguiendo el modelo de Estados Unidos y sobreponiéndose a la festividad católica de San Valentín. Sin embargo, debido a las bajas ventas en ese periodo, ya que estaba demasiado cerca de las fiestas de diciembre y enero, se decidió trasladarla a un mes con menos celebraciones. Así, septiembre fue el elegido, y la festividad pasó a llamarse Día del Amor y la Amistad.
Aunque es principalmente un día para los enamorados, también es común intercambiar chocolates, dulces y regalos entre amigos y familiares, convirtiéndose en una celebración de las relaciones humanas en general. Siempre veía esta fiesta como una oportunidad de escribir cartas a mis amigos y familia. Me encantaba hacer origami o dibujos, que acompañaba con dulces.

Otros países también han adaptado esta festividad a su manera. Por ejemplo, Brasil, Egipto y Bolivia tienen sus propias versiones con costumbres particulares.
Sin embargo, en estos días me ha tenido pensando la particularidad de esta festividad en Japón. Donde además de San Valentín, existe el White Day. Esta festividad dual ha evolucionado de manera única para adaptarse a la cultura del país del sol naciente.
El Día de San Valentín en Japón fue introducido en los años 50, en otro de los muchos intentos por impulsar la economía tras la Segunda Guerra Mundial. Como en otros lugares, su origen se remonta a la celebración católica de San Valentín, la cual, a su vez, es una adaptación de una festividad romana en honor a la diosa Juno.
En este sentido, podemos ver cómo la celebración ha pasado por múltiples transformaciones a lo largo del tiempo, y como incluso en el ejemplo de Colombia, va convirtiéndose en una verdadera quimera de tradiciones.
En Japón, la festividad fue adoptada con un enfoque particular: las mujeres son quienes regalan chocolates a los hombres. Ese día, los hombres esperan con ansias. Si la chica que les gusta les regala chocolate, es como recibir un semáforo en verde. Un dulce permiso para comenzar el cortejo. Una bandera en forma de chocolate.
Aquí te dejo un corto de el San Valentín en 1981 en Japón. Puedes ver como son todas chicas las que están comprando chocolates.
Leyendo documentos históricos me encontré con que, en aquella época, el chocolate era un lujo, ya que solo podía obtenerse en países ecuatoriales y tenía altos costos de importación para Japón. Para incentivar su compra, algunas compañías tomaron inspiración de campañas publicitarias europeas y crearon eslóganes dirigidos a las mujeres, promoviendo la idea de que regalar chocolates era una forma moderna y elegante de expresar amor. Algunas frases que se usaron fueron:
「女性が男性に対して、親愛の情を込めてチョコレートを贈与する」
Las chicas les dan chocolates a los chicos para demostrar su amor.
「一年に一度、女性から愛を打ち明けていい日」
Una vez al año, el día en que las chicas pueden confesar su amor.
En una sociedad donde la armonía y el respeto por las normas sociales son fundamentales, tener un día específico en el que expresar los sentimientos estuviera socialmente aceptado fue la excusa perfecta para dar el primer paso en una relación.
El día perfecto para que los tímidos decidiéramos decir algo.
Aunque el chocolate es el regalo principal en San Valentín, no todos los obsequios tienen el mismo significado. Existe el本命チョコ Honmei Choco (chocolate verdadero) que se regala a la pareja o a la persona por la que se tienen sentimientos románticos. También está el 義理チョコGiri Choco (chocolate de obligación), que se da a compañeros de trabajo o conocidos por cortesía. Otros tipos incluyen el 友チョコTomo Choco (chocolate para amigos), el 自分チョコJibun Choco (chocolate para uno mismo) e incluso el 強敵チョコKyouteki Choco, que se da con sentimientos opuestos o de rivalidad.
Es curioso ver como esta variedad de chocolates también respeta las jerarquías, habiendo chocolates para los superiores, iguales e inferiores.
Debido a la popularidad del evento, en febrero se organizan cientos de ferias de chocolate en todo el país. Se vuelve uno de los planes de visita para muchos. Con ingredientes exclusivos, diseños elaborados y la participación de chefs internacionales. Muchas de estas creaciones son auténticas obras de arte, con figuras de personajes animados, marcas reconocidas y sabores únicos como sake, frutas japonesas y té verde. Es común elegir chocolates que representen los gustos de la persona a la que se quiere obsequiar. ¿A quién le darías chocolates?
Un mes después, el 14 de marzo, se celebra el White Day, donde los hombres retribuyen los chocolates recibidos con galletas o regalos. En el caso del Honmei Choco, cuando se quiere expresar el amor romántico, este se vuelve una forma indirecta de dar respuesta a esa confesión del corazón. Me gustas.
Esta distinción entre los roles de las mujeres y hombres es algo muy arraigado de la cultura japonesa. Donde muchas funciones se han dividido entre lo que puede hacer cada género. Reflejado incluso en festividades como San Valentín y el White Day, donde se espera que las mujeres den chocolates primero y los hombres respondan después. Aunque puede parecer una simple tradición, en el fondo muestra cómo las dinámicas de género siguen influyendo en las interacciones sociales, y como son parte de los factores que desarrollan la diversidad humana desde Japón.
Ver el caso de Japón muestra cómo una tradición extranjera, incluida casi al mismo tiempo en muchas partes del mundo, ha sido moldeada para encajar con los valores culturales japoneses. Aunque su origen esté ligado a intereses comerciales, me gusta pensar que para muchas personas esta fecha representa una oportunidad para expresar sus sentimientos. Después de todo, mi propia relación nació gracias a ello.
Mientras veía los elaborados chocolates en las ferias japonesas, no pude evitar preguntarme: ¿de dónde provienen estos ingredientes? ¿Quiénes están detrás de su producción? ¿Qué porción de estas ventas llega a los productores? En medio del brillo de esta festividad, a veces olvidamos el costo real del chocolate y quiénes lo hacen posible. El chocolate es mi dulce favorito. Amo que me regalen chocolates. Nada se le compara al chocolate con nueces, sal de mar o hierbas. Sin embargo, sé que festividades como estas terminan promoviendo más que nada el consumismo masivo sin corazón. Al final, este es un bien de lujo y que lo podamos consumir ahora de manera masiva, es un milagro de la industria, pero también un escalafón más en la explotación de recursos.
Pensemos por un rato de donde vino el producto que estoy a punto de comer. Japón no es único sumando puntos en este consumismo.
En muchos países, incluido Colombia, se sufre deforestación y disminución de la biodiversidad debido a la sobreproducción de cacao o a las formas de cultivo invasivas del mismo. No quiero que se dejen de dar chocolates en San Valentín, pero creo que nos hemos enfocada demasiado en el producto, olvidando la parte del amor y la expresión de afecto.
Esto también pasa con las flores, café y otros productos que se dan en estas fiestas. Tal vez, si usáramos formas menos invasivas y que promuevan el cultivo de más especies de plantas a la vez, podríamos disminuir el impacto. Algunos de estas se están poniendo en práctica en Brasil.
Creo que estas formas únicas del San Valentín, como en Japón o Colombia, son una manifestación de la diversidad humana, que ha nacido de la necesidad de expresar el amor y los sentimientos. No quiero que se deje de hacer, pero tampoco quiero que se olvide el trasfondo de los productos que se usan, y la razón por la que los compartimos.
Más allá de la tradición y el consumo, lo que realmente importa es el significado detrás del gesto: el amor que compartimos. Que nuestro afecto sea el verdadero regalo, más dulce que cualquier chocolate o galleta.
ハッピーバレンタインデー♡
Antes de terminar: Anuncios
Quiero empezar una nueva sección en Mosukito dedicada a Japón. Se llamara 森Mori o bosque. Si leíste el post anterior, sabes que el nombre de este blog tiene raíces en el japonés, y eso no es casualidad. Japón se ha convertido en una parte fundamental de mi vida, y quiero compartir con ustedes esas cosas que aquí me hacen brillar los ojos, que me han abierto el corazón y que me han enseñado sobre la diversidad humana.
“Yo vivía en un hermoso lugar del mundo llamado Colombia, donde la realidad es tan surreal que parece magia, en lo bueno y lo malo. Más ahora mi mundo es más hermoso, por que mi alma despertó de nuevo por lo que he experimentado en Japón”
En este espacio hablaré sobre lo que me fascina de Nippon: su naturaleza, su sentido de comunidad, su sociedad, su espiritualidad y su lingüística. Será un rincón para explorar juntos todo aquello que hace de este país un lugar tan especial y reflexionar sobre la diversidad humana.
Una pequeña encuesta sobre los próximos temas de esta sección:
Me encantaría saber que temas sobre Japón te llaman la atención y como te ha parecido esta reflexión.
Se me ocurren las siguientes preguntas:
- ¿Cómo se celebra el San Valentín en tu país?
- ¿Qué opinas de los elementos únicos en esa celebración en Japón?
Te leo 🪰
Me ha gustado mucho esta carta, Luisa, y sé que me encantará la nueva sección. 😊 Ya sabes que soy muy aficionada a Japón, por todas las razones que tú misma has mencionado. ¡Qué ganas de leerte!
He seleccionado una de las 3 opciones que nos proponías en la encuesta, para ayudarte a decidir un tema, pero en realidad me encantaría leer cosas sobre los 3 temas.
Y por cierto, gracias a esta carta, ahora ya sé en qué mes tengo que ir a conocer Japón. Febreroo!! 😍 O febrero y alargar hasta marzo... 😊
Me han gustado mucho, también, las reflexiones que has intercalado entre tus explicaciones sobre cómo se vive San Valentín allí. Es verdad que ya no reparamos en lo "lujosos" que son ciertos alimentos que hoy tenemos normalizados, como el cacao, el café, el té, o el azúcar. Hasta hace no tanto, eran artículos muy exquisitos que rara vez se degustaban, y que sólo la gente de poder adquisitivo elevado disfrutaba a menudo. Da qué pensar...
Un gran abrazo, Luisa. 💜