Para los que llevan leyendo Mosukito un rato, seguro se habrán percatado de su nombre. Para los nuevos o los que no lo hayan notado, es un gusto tenerte por aquí. No, no es un error ortográfico; tiene una razón de ser.
Gracias a la pregunta de
, encontré la excusa perfecta para hablar al respecto.A todos, gracias por dedicar un espacio de su tiempo para leer estas reflexiones. Hoy quisiera explicar un poco más sobre el origen de este nombre.
Mosukito nació en un momento en el que mi mente estaba llena de pensamientos, tanto positivos como negativos, aunque más de estos últimos. Luego de leer varios artículos científicos y blogs que explicaban los beneficios de la escritura para la ansiedad, decidí que era hora de dejar de leer y comenzar a escribir. Siempre me ha encantado escribir. Desde pequeña, he escrito cartas a mis seres queridos porque me fascinaba la idea de que las palabras cobraran un peso especial al quedar plasmadas en papel. En mi mente pensaba: “dejan de ser abstractas para empezar a existir”, como si escribirlas fuera una especie de nacimiento para ellas.
Desde entonces, también soñé con escribir un libro, así que empezar a practicar con algo más que las cartas que enviaba en cumpleaños, Navidad u otras fechas especiales me pareció una buena idea. Aunque en los últimos años me he dedicado a escribir en inglés y artículos científicos, las palabras seguían brotando, querían ser plasmadas, pero no encontraba el momento ideal.
Hasta que un día, en medio del último año de mi doctorado, mientras esperaba que mis experimentos terminaran en el laboratorio, se me ocurrió empezar a escribir para matar los ratos libres. Podría haber leído más artículos científicos, podría haber hablado con mis compañeros, pero a veces mi cansancio mental era tan grande que no me quedaban neuronas disponibles para seguir traduciendo textos o conversaciones.
Ahí descubrí lo terapéutico que era escribir mis pensamientos y las experiencias de quienes me rodeaban. En especial, lo sanador que resultaba releer estos textos y darme cuenta de luces que antes no había visto. De lo liberador que se sentía poner las palabras en papel. De verlas nacer y darles luz. Desde entonces, no pude parar.
Me di cuenta de que esas ideas se arremolinaban en mi cabeza como mosquitos revoloteando alrededor de una fruta madura. Son insectos indefensos, pero pueden ser molestos solo por existir: su zumbido constante, su insistencia en posarse sobre la fruta. Yo era la fruta.
Rumiaban en mi subconsciente, no me permitían callar mi voz interior. Pero al identificarlas, reconocerlas y darles un espacio en mi mente, con el tiempo desaparecían. Así nació el nombre de este espacio: Mosukito = mosquito.
Pero hay más en la historia. Como amo Japón e intento incorporar su cultura en distintos aspectos de mi vida, decidí modificar un poco la palabra.
Además, así se ve más cool.
Mosukito viene de las palabras en japonés 燃す (mosu) y きっと (kitto). La primera significa “quemar”, como cuando encendemos una fogata o el fósforo de un cerillo. Pero también puede significar “dar luz”, como cuando encendemos una linterna en la oscuridad. La segunda significa “seguramente” o “definitivamente”, y se usa para afirmar la intención de hacer algo.
Así, el significado de Mosukito sería "quemar de manera definitiva" o "dar luz de forma absoluta", y ese es el propósito de estas reflexiones: darles un espacio para ser observadas y comprendidas. Darles luz para que puedan ser reconocidas.
En Mosukito quiero explorar sentimientos que siempre han estado fuera de foco, aquellos que me generan cuestionamientos, que no dejan de volar en mi cabeza o en la de quienes me rodean, como insectos persistentes.
Estas reflexiones pueden ser profundas o no; creo que eso queda a criterio del lector. Sin embargo, definitivamente son sanadoras, porque al darles un espacio de reconocimiento, dejan de exigir mi atención y pueden ser liberadas, o quemadas, para renacer en nuevas ideas.
Me gusta publicar cada semana, pues mi habilidad para escribir no es tan rápida como para producir textos con mayor frecuencia, y quiero que cada escrito se sienta como un ser vivo. Que respire y cambie. Que tenga su propia vida y se transforme. Este es el tiempo que me toma darle forma a este barro.
Si te gusta lo que lees o te sientes identificado, no dudes en escribirme. Creo firmemente que la experiencia humana debe compartirse para construir una sociedad más empática.
Gracias por siempre leer, comentar y/o recomendar Mosukito. Espero que mis mosquitos mentales les den alas a los tuyos.
Nos seguimos leyendo 🪰
gracias
¡Me encanta!